APAN, Hgo.- (Diciembre 1, 2007) En las afueras de esta cabecera municipal, se descubrió un paraje donde había más de treinta cabezas de ganado en un avanzado estado de putrefacción.
Moradores de la comunidad San Sebastián descubrieron quince reses muertas a la orilla de la carretera Apan-Tepeapulco, en el perímetro de la desviación hacia La Laguna. Más adelante, en una parcela encontraron una cantidad similar de bovinos muertos.
El vecino Mauro Peña y otros habitantes de comunidades y rancherías aledañas, dieron a conocer la situación que les preocupa, porque a su juicio podría afectar la salud de gran parte de los apaneneses.
El grupo de consternados vecinos relató que al dirigirse a sus trabajos y escuelas, hace unos veinte días tanto hombres como niños cruzaban por la carretera Apan-Tepeapulco, a la altura del puente donde está la desviación hacia la comunidad La Laguna.
Fue entonces cuando repararon en que de un paraje provenía una penetrante fetidez a materias descompuestas. Al aproximarse al sitio, hallaron más de 15 reses muertas en tierras de cultivo y un canal de aguas pluviales y más adelante estaba igual cantidad de fiambres de vacunos.
Lo primero que vino a la mente de los vecinos, era que los animales habían sido propiedad de un tablajero establecido cerca del lugar y que ofrece la carne a bajo costo en un expendio cercano a la colonia los Capulines, en la cabecera municipal de Apan.
Pero al solicitar la intervención de las autoridades de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), así como de la Dirección de Regulación Sanitaria de los Servicios Coordinados de Salud de Hidalgo, a fin de esclarecer esta anomalía y procurar la buena salud de los habitantes, cayeron en cuenta de cómo fueron los hechos.
El técnico de la Sagarpa, Felipe Alvarado Álvarez, acudió a tomar conocimiento del hecho.
El técnico de la Sagarpa, Felipe Alvarado Álvarez, acudió a tomar conocimiento del hecho.
Después de observar los hechos e indagar en las cercanías del paraje, se determinó de dónde provenían los restos mortales. Y de acuerdo con el funcionario, los fiambres provienen de un rancho situado a la vera de la carretera.
Acompañado de los vecinos y otras autoridades, Alvarado Álvarez acudió a dicho lugar. En la entrevista sostenida, los propietarios del rancho aseguraron que se dedican a la introducción y venta de ganado, pero los restos mortales de vaquillas no les pertenecen.
Pero añadieron que una persona visitó el municipio de Apan para adquirir varias vaquillas de lidia a una ganadera de apellido Macías. Los animales, continuaron, estaban sanos y fueron llevados a Chiapas.
Sin embargo, la carencia de un documento que no se tramitó debidamente ante las autoridades sanitarias hizo que las reses fueran rechazadas por las autoridades de aquel estado del sureste mexicano, obligando al dueño a devolver los animales a su lugar de origen.
De manera que no teniendo donde depositar el ganado, les pidió permiso a los vecinos para guarecer las vaquillas en sus rediles. Pero por el largo viaje y cambios de clima, los animales empezaron a morir.
Finalmente, tanto las autoridades municipales, sanitarias de Hidalgo y la Sagarpa, coincidieron en el acuerdo de avisar a las dependencias correspondientes con el objeto de hacer estudios y conocer con precisión la razón por la que murieron estos decenas de cabezas de ganado.
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